jueves, 7 de octubre de 2010

1ª Carta Cubista a Habacuc






Cuando la justicia se ahuyentó de la tierra los hombres adoraron al tomate nicaragüense (Job.42.6-8)

En la confusión roja, algunos crearon un blog, otros una agencia gráfica. Mis vecinos compraron una Mobylette Sónar. Del rechazo a la ganancia injusta nació la iglesia católica (risas de manicomio en el gallinero del Real) En la mía demencia nacieron margaritas azules de acerados dobles tallos como los cañones superpuestos de la escopeta aterciopelada de Camilo Cienfuegos. El hambre. El nivel del mar subirá 49 centímetros al final del siglo 21. En esta carta pedimos novicias para las santas Aguas y Perpetua. Por cada señorita virgen que abrace esta fe de las nieves de la cruz metálica del monte Gorbea derogaremos dos estilos literarios, dos santos herejes y sentaremos a los difuntos Papas en el tribunal del Planeta (el clero se zampó al populacho: El Planeta con el clero. Basado en la lógica elemental de lo sencillo)

Jordi Socías publica álbum este año. Quizás en marzo, si, fue. En el libro de Nostradamus se profetiza que habrá una reseña de esta carta en los tebeos de “Anacleto, agente secreto” concretamente en el número 2 del año 77. Habacuc reservó derechos de admisión en la segunda parte de su libro (el rechazo) Digamma salidas de las cuerdas de Fideo de Mileto.

Las moscas que Dalí veía en sus tortillas voladoras y los caracoles hibernando aún en las venas de Burroughs. Las mujeres emplean otras artes muy distintas para matar. Veneno de la amnesia de los colores en los viajes de Cabeza de Vaca por Sinaloa, jefe de bomberos que incendió Asunción milenio y medio justo después de Nerón. Por lo ocurrido nada se puede hacer ya, dijo el mariscal Estigarribia descubriendo una placa en la plaza de armas. Nagasaki y Montevideo. La maldad es inherente al humano; el inconsciente colectivo y asesino del que hablaba Jung. Somos destructivos ingénitos como lo es la naturaleza de toda creación. Para vivir (bien) hay que matar -Pío LXVII-. Hemos llegado a dejar de pensar, pero seguimos acomodándonos y embruteciéndonos paulatinamente como sólo saben hacerlo las pupilas de un ciego.

Estigmas de delirio nórdico mi anterior carta cuando no pecas de ignorancia de que continúo tomando mis pastillas. Necesito ayuda pero no que me des tiros de posta. Recuerdo quizá, eso creo, de que te hablaba de la bondad de Torquemada y de su institución cimentada en esa última justicia. Disponme un cordero dulce. Escribió el Lobolejano "Hubo un tiempo de ciudades sin pellejo" Por peripecias de microchips quedó dentro de mi botella.

Anexo. Bien, lo que quería contarte en esta carta. No creo en los hombres que hablan en los bares. En la barra, sentado a mí lado relataba uno concerniente de un pobre que no pedía dinero para él, visaba que leyó en su cartel de pordiosero que la limosna se la dieran al padre del niño encontrado asesinado a las afueras de la ciudad. La avaricia. Robar el baúl de los francos franceses a Picasso fue imposible, lo encontraron sentado encima del enorme monedero. ¡Creo en Jesús! me gritaba un papel tirado dentro de un inodoro. Yo también. 
Ferrara

3 comentarios:

dunah dijo...

uhhhhhhhh uuuuuuuuuhhh
hoy cerraron los astilleros de huelva, y con ellos la poca fe que me quedaba
y de repente me encuentro aquí...
¿creo en Jesús?

Dios, necesito un godovi...

pd: desde el Prater, Leopoldstadt

Anónimo dijo...

como es algo que ya no se puede ver ni tocar, al Godovi le falta el libro de tooooos los libros, una Biblia de tapón y de agua carbonatada de muchos milagros, es decir, de beneficios redundantes ciclicos.

HuelvaYork... flipo!!!

http://www.huelvayork.com/diccionario/bebidas

welcome to Soweto.

b&b&b

No es sólo insensatez dijo...

Buenísimo!
Necesito ayuda pero no que me des tiros de posta...